martes, 10 de abril de 2018

LA FUERZA DE UN LATIDO



 
La Media Maratón Internacional Ciudad de Elche, es conocida por ser la más antigua del mundo. Todo indica que con su cuadragésimo sexta edición es la decana de todas las carreras que desde su primera cita se corre en la distancia de los 21'097 kilómetros.

   Pero además, la media maratón de Elche tiene un lema que resulta a mi parecer muy acertado, "Latido a latido".



   Latido a latido medimos nuestro esfuerzo, nuestras emociones, esas emociones que afloran en los nervios de la salida, emoción al borde de un ataque de nervios que se refleja en el rostro serio de Cati, que aunque ya es una corredora experimentada, se enfrenta oficialmente a su primera media maratón. También es la primera oficial para nuestra amiga Ana, a quien se le ve más preocupada aún si cabe. Quedan apenas dos minutos para la salida y sus corazones laten a marchas forzadas. Las dudas por si acabarán la carrera les asaltan ahora todas juntas en un mar de pensamientos.
   Aunque ya antes han decidido cuántos geles, cuántas gominolas energéticas y dónde se las van a tomar, aunque conocen el ritmo al que vamos a rodar y ya les he puesto yo sobre aviso de que los puntos más peligrosos serán el kilómetro 9 al 10 por la pendiente del recorrido y del 16 al 18 por el temido muro, la incertidumbre por este desafío, acelera sus latidos.
   Sole les da ánimos al tiempo que intenta, creo que con muy poco éxito, que tomen conciencia de que están suficientemente preparadas y capacitadas para hacer esta carrera con total garantía.

   Paco y Miguel Ángel, experimentados maratonianos con más kilómetros en sus piernas que el baúl de la Piquer, se lo toman con más tranquilidad. Bueno, no sé, porque a ellos lo que les hace latir el corazón, más que los 21 kilómetros, son los 109 que les separan de Lorca donde deben estar a la hora de comer para recibir un nuevo premio en gratitud y reconocimiento por nuestra colaboración con AemaIII en el retoyosipuedo del 2017.

Pasado el primer kilómetro de aglomeración, y Paco, Miguel Ángel y Sole marcan el ritmo. Así, paso a paso, zancada a zancada van cayendo los kilómetros. Superado el primer punto de dificultad en el kilómetro 9 al 10, en el que se sube el puente del Bimilenari, llega un respiro con avituallamiento incluido, que aprovechamos para "chuparnos" un gel que resulta efectivo ya en el km 13, donde alcanzamos un ritmo óptimo de 5:01 minutos por kilómetro, con el grupo tirado por las chicas y manteniendo ocupada nuestra mente en pensar que ya hemos superado la mitad de la prueba.

   Callejeando cómodamente por el centro de la ciudad, llegamos a la que puede ser la zona más dura. Es el kilómetro 18 y se presenta el muro de la media maratón con su mazo dispuesto a dejarte tirado a falta de apenas 20 minutos para terminar. La carrera discurre por el palmeral histórico de Elche, con un paisaje irrepetible, pero la ligera subida desde el puente de la Generalitat y la acumulación de kilómetros hacen aparecer en Cati los primeros signos de cansancio.

   Volvemos a callejear por el centro, y nos encontramos en un giro, con un grupo de animación que nos pone las pilas, el ritmo de la música nos marca una cadencia de paso que casi "nos invita a bailar". Son momentos divertidos que nos sacan por unos instantes de la concentración y esfuerzo de los últimos kilómetros corridos.

   Últimos giros, todos nos volcamos en arropar y dar ánimo a Cati que está a solo 97 metros de cumplir su reto, y por fin llegamos a la alfombra azul del arco de meta. El contador indica 2:00:49, ¡¡¡objetivo cumplido!!! El plan trazado por Paco y Miguel Ángel se ha cumplido al segundo.


 
   Un abrazo entre todos envuelve a Cati y Ana que con esfuerzo y tesón, han cumplido su meta, acabar su primera media maratón oficial. Y lo han hecho paso a paso, con mucha ilusión, siempre respetando el esfuerzo que significa correr sin detenerse durante dos horas pero sin perderle la cara, esforzándose en cada metro, en cada respiración. Lo han hecho, acompañados siempre, por esas personas que desde no sabemos bien dónde, envían sus fuerzas para que no terminaran por rendirse. Ha terminado esa lucha interna para plantar cara al cansancio, y la emoción inunda sus ojos. Enhorabuena!!!


   Se da la circunstancia de que la medalla de esta edición está inspirada en el Torso del Guerrero de Ilici, una escultura arqueológica de la época Íbera de Elche, medalla que ya cuelga sobre nuestros pechos, y especialmente el de nuestra campeona Cati, una luchadora que ha logrado su meta paso a paso. Latido a latido.